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Las caídas de altura siguen siendo una de las causas más comunes de accidentes en los trabajos verticales.

Si se dispone de un correcto equipo de protección anticaída, y se ha revisado con regularidad, los empleados estarán protegidos contra las consecuencias de una posible caída.

Pero, aunque cumplas con todas las medidas de seguridad, existe otro peligro en la caída que a veces se pasa por alto: El síndrome del arnés.

Este síndrome no es muy común, pero es un peligro para la vida de cualquier persona que trabaja suspendida en el aire.

A continuación, entraremos en más detalles sobre los síntomas del síndrome del arnés, cómo prevenirlo y qué hacer si una persona lo padece.

¿Qué es el síndrome del arnés?

El síndrome del arnés, también conocido como shock ortostático o síndrome de compresión ortostático, es el efecto médico de no poder moverte cuando se está en posición vertical.

Cuando alguien está suspendido verticalmente en el aire después de una caída, las correas de las piernas del arnés ejercen presión sobre los muslos, provocando el estiramiento de los vasos sanguíneos y, por consiguiente, la acumulación de demasiada sangre en las piernas.

Como resultado, el cerebro y el resto del cuerpo se ven privados de un suministro suficiente de oxígeno, pudiendo generar consecuencias que pueden ser fatales si no se actúa con rapidez.

Algo que tenemos que mencionar, es que la inmovilidad es un factor determinante, por lo que el peligro del síndrome del colgado solo se produce cuando alguien no se mueve o se olvida de moverse debido al shock.

¿Cuándo aparecen los síntomas?

Si los músculos dejan de bombear hacia arriba, la sangre se acumulará en las extremidades.

En la primera fase, la persona se mareará, empezará a sudar y a ponerse pálida, experimentará ataques de ansiedad y mostrará síntomas generales de shock. El ritmo cardíaco y la respiración irán aumentando gradualmente.

Finalmente, la sangre que llega al cerebro es tan escasa que el ritmo cardíaco y la presión arterial descienden rápidamente.

 En poco tiempo, el operario perderá el conocimiento, además, su cerebro puede sufrir daños irreversibles debido a la falta de oxígeno en esas situaciones.

El factor más importante para el rescate de un trabajador suspendido es la velocidad, si no se actúa con rapidez, la víctima correrá el riesgo de morir por la obstrucción de las vías respiratorias, la escasez de sangre o la trombosis.

Factores que contribuyen al síndrome del arnés

El síndrome del arnés o síndrome de suspensión inerte es variable: puede afectar a algunas personas y a otras no; puede producirse rápidamente a veces y a menor velocidad en otras; y puede afectar a una persona en un momento concreto, pero no en el siguiente.

Entre los factores que pueden contribuir a la aparición del síndrome del arnés incluyen:

  • Lesiones durante la caída.
  • Incapacidad de mover las piernas mientras se está en el arnés.
  • Hipotermia.
  • Shock.
  • Enfermedad cardiovascular.
  • Trastorno respiratorio.
  • Pérdida de sangre.

¿Cómo prevenir el síndrome del arnés?

En primer lugar, es importante tener un buen plan de rescate y que los trabajadores estén bien formados. A menudo es cuestión de minutos y segundos, los cuales son cruciales para poder salvar la vida de una persona.

El equipo de rescate debe estar siempre presente y utilizar el equipo correcto. Trabajar solo en altura nunca es una buena idea. Es muy importante mantener la comunicación con el resto del equipo.

El siguiente paso es elegir un arnés anticaídas adecuado. Son preferibles los arneses con correas de alivio integradas (correas de suspensión). Estas correas se utilizan como punto de apoyo para que el trabajador se mantenga erguido.

Otra variable a tener en cuenta, es invertir en un buen EPI anticaída para prevenir este tipo de situaciones.

Cuanto antes se lleve la persona al nivel del suelo, mejor. Es importante hacer todo lo posible rápidamente para rescatar a la víctima de esta situación. El uso de un buen sistema de descenso es el medio ideal para llevar rápidamente a la víctima al suelo.

¿Qué hacer si una persona padece el síndrome del arnés?

Después de haber rescatado a la víctima, todavía hay algo más que debes tener en cuenta. La sangre que se ha acumulado en las piernas es de mala calidad, tiene poco oxígeno y está saturada de CO2.

Por ello, si pones a la víctima en posición horizontal, la sangre de mala calidad volverá a fluir hacia el cerebro de golpe, generando lo que se conoce como síndrome de reflujo.

Para evitarlo, mantén a la víctima en posición sentada con el tronco erguido y las piernas dobladas por las rodillas. Esto permitirá que una pequeña cantidad de sangre vaya al cerebro y que la mayor parte permanezca en las piernas.

Si la persona está inconsciente, mantenla en posición vertical, pero asegúrate de que las vías respiratorias se mantengan libres.

Si tienes que reanimar, siempre tendrás que estirar a la víctima en el suelo, ten en cuenta que para el rescate de un trabajador suspendido, si el corazón no late , la sangre permanecerá donde está.

En cualquier caso, tras un rescate, siempre hay que pedir ayuda profesional médico.

El síndrome del arnés es extremadamente complejo. Tanto desde el punto de vista médico como práctico. Aunque es poco frecuente, es muy importante incluirlo en los planes de riesgo y rescate, y seguir una política preventiva.

Independientemente de que se trabaje en alturas de 3, 10 o 100 metros, siempre hay que animar a los compañeros a trabajar con seguridad. El uso correcto de los arneses, los cinturones, las cuerdas y el sistema de rescate deben formar parte del plan de rescate. También es muy importante la formación y la concienciación periódicas.

Principales lesiones de la colocación incorrecta de la víctima

Si se coloca a una persona en una posición horizontal durante la fase de rescate, la sangre de mala calidad, la cual no posee ningún tipo de oxígeno puede llegar a otras partes del cuerpo, dañando órganos vitales, el cerebro e incluso un paro cardíaco. A esto se le llama “Síndrome del reflujo”.